La semana que viene volvemos a tener unas pequeñas vacaciones con motivo de la Feria de Abril de Sevilla.
Muchos dicen que va a llover, pero yo no voy a estar aquí para comprobarlo, ¡el martes por la tarde sale mi vuelo a Malta! Y la pregunta más repetida que me han hecho durante los últimos días es ¿Y CÓMO TE PUEDES PERDER LA FERIA?
El lunes es fiesta, por la noche, Cena de Pescaito para inaugurar la Feria, y el martes, tenemos que ir a clase. ¡Pero a la tarde sale me voy! Estoy bastante ilusionada con el viaje, aunque un poco agobiada por la vuelta, la tengo llena de exámenes y cosas que hacer, ya estamos en la recta final y el final de curso está a la vuelta de la esquina...
Qué ganas de verano, y para celebrar el comienzo de las vacaciones, ¡el 27 de Junio me voy a New York a casa de mis tíos!
Se avecinan muchos viajes y cosas interesantes que contar aquí en mi blog...
Por ahora dejo dos fotos de Malta, la primera del Balcón del Mar, y la segunda una vista desde la playa.
¿No dan ganas de bañarse en el agua?
¡Estoy deseando ir!
Escribiré pronto contando novedades!
See you around!
Este verano lo he pasado casi entero en Inglaterra, concretamente en Hastings, un pueblo del Sudeste, en el condado de Sussex. Era la primera vez que iba a pasar tanto tiempo lejos de casa, y estaba bastante nerviosa: cómo sería la residencia, cómo sería la gente... además, ¡no conocía a nadie de los que iba!
Finalmente, tras muchos días de nervios, el día que me iba llegó: 27 de Junio, la cita era en el aeropuerto de Málaga. El avión salía a las 12:00 am y llegábamos a Gatwick (Londres) a las 2:30 pm, 1:30 pm hora inglesa.
Ya cuando me reuní con el grupo empecé a hablarme con la gente, ¡la cosa no pintaba nada mal!
Antes de seguir, os dejo un pequeño mapa para que podáis ver el sur de Inglaterra y así localicéis donde estuve.
Como iba diciendo, el primer día fue bastante estresante, ¡además de agotador! Estaba deseando llegar al college para poder soltar las maletas y tumbarme en mi nueva cama. El camino en autobús desde Londres hasta Hastings se me hizo bastante ameno, a pesar de lo cansada que estaba, fui todo el rato mirando por la ventana, me encantaban todos los pequeños pueblecitos por los que íbamos pasando, eran tan diferentes a España... hubo gente que se durmió en el trayecto de ida... ¡pero yo no podía dormirme ante tantas cosas nuevas!
Ya en el College, me impresionó lo enorme que era. Mi habitación era compartida con otras 7 chicas, nuestro edificio era antiquísimo, las camas eran bastante incómodas, y para más inri, solo había dos cuartos de baño por planta y agua caliente limitada. No hace falta que diga a que hora me tenía que levantar todos los días para poder ducharme, ¿verdad?. Continuando con las críticas, la comida de la residencia era PESIMA. ¡Todos deseábamos salir al pueblo por la tarde para poder comprarnos algo comestible!
No todo es negativo, ni mucho menos. Si fuera por mí, yo seguiría viviendo en Hastings, eso si... ¡no en la residencia! El pueblo era encantador, estaba la New Town, que es donde estaban todas las tiendas, centros comerciales, supermercados y cines... y la Old Town, la zona bohemia y más acogedora, con pubs, tiendas nacionales... Los días que nos dejaban salir por la noche (allí noche son las 8pm, nos teníamos que recoger a las 10:10pm) nos íbamos a la Old Town mis amigos y yo, y nos quedábamos en un pub, de tantas veces que
fuimos, ¡el dueño ya nos miraba con una cara un poco más amigable! Para que podáis ver más o menos como era, os dejo un par de fotos.
También dejo algunos enlaces curiosos para el que esté interesado en la visita a esta localidad. Aquí con lo relacionado a un ámbito más cultural, sobre la batalla de Hastings de 1066, visitas guiadas al pueblo y algunas localidades de sus alrededores. Y esta otra da una información más amplia sobre qué ver.
Aunque para mi opinión, si se visita el sur de Inglaterra, no solo hay que visitar esta localidad, se debería hacer un pequeño recorrido por los pueblos cercanos, que algunos, aunque muy pequeños tienen muchísimo encanto, algunos como Ray o Battle, y otros ya más grandes e industriales como Eastbourne. Dejo también para el que esté interesado las direcciones y teléfonos de los Tourist Information Centres de las localidades más relevantes de la zona.
Lo que más me gustó de la localidad fueron las casitas, casi nadie vivía en pisos, la mayoría de los habitantes viven en casitas adosadas, generalmente pintadas en colores vivos. Es de lo más peculiar.
Otra cosa peculiar son las playas, quien piense que va a visitar esta localidad y va a poder meterse en el agua, está muy muy equivocado. Las playas tienen rocas afiladas que hacen bastante daño si no llevas el zapato adecuado, además, el concepto de playa allí lo tienen un tanto tergiversado. Cuando vi como tuberías de las que salía líquido negro vertían sus desechos al agua de la playa, se me quitaron las pocas ganas de bañarme que me quedaban. De todas maneras, se puede disfrutar de las vistas.
Lo mismo pasa con las playas de Brighton, ciudad cercana que también tiene costa, son más o menos iguales. Es curioso, porque cuando íbamos en tren hacia los pueblos o ciudades cercanas y nos alejábamos un poco de la playa se podía ver el verdor del campo, era impresionante. Para terminar de contar mi viaje, quiero remarcar el poco aprecio que le tienen los habitantes a los españoles, conozco a algunos chicos del college que tuvieron problemas con pandillas de la calle por el simple hecho de haber ido hablando español por la calle. Yo no tuve ningún problema con nadie, ¡de hecho creían que era alemana!
Es la única pega que le pongo al pueblo, quizá no sea del todo hospitalaria con aquellos con los que no comparte el idioma.
Espero que os haya resultado interesante, y espero que si no habéis visitado alguno de los sitios de los que he hablado, os planteéis el visitarlo.
Dos veces he visitado la ciudad. La primera, la primera vez que visité Inglaterra, con mis padres. La segunda, el verano pasado mientras pasé el verano en Hastings.
Quizá sea por el ambiente estudiantil y acogedor que tiene lo que la hace tan encantadora hacia mis ojos.
No es grande, podría compararla con la Salamanca española, más o menos el mismo tamaño, aunque con una poca más actividad. Las universidades son una autentica maravilla, no solo desde el ámbito artístico (la mayoría de sus fachadas son impresionantes), sino también por su grandiosidad y las enormes bibliotecas que tienen. La fotografía que se ve a la izquiera es de la Biblioteca Bodleian, la de la derecha es la de la biblioteca del Queens College.
¡Estos lugares si que inspiran al estudio!
Aunque puede sonar radical, la mayoría del turismo en Oxford gira en torno a los Colleges. Todos hemos visto el Christ Church College en una famosísima saga de películas... ¿Cuál? ¡Ni más ni menos que Harry Potter! La entrada al college es un poco cara (8 libras), ya el exterior es precioso; unos jardines inmensos y bien cuidados, y el interior merece la pena visitarlo. No están permitidas hacer fotografías, así que he cogido esta de internet para que el que no lo conozca (o más bien no lo sitúe...) pueda verlo.
Siguiendo con el ámbito cultural, aparte de las visitas a los colleges, quien esté interesado en visitar museos o galerías de arte puede visitar la página oficial de turismo de Oxford para informarse mejor. Yo solo he ido a la Bodleian Library (sinceramente, es lo más relevante).
No hay que dejar de pasear por el centro de la ciudad, aunque no es muy grande, la calle principal está llena de tiendas y acogedores restaurantes en los que hacer una parada a descansar.
De entre las mejores tiendas que hay en la High Street se encuentra HMV, una cadena británica que vende todo tipo de discos, películas, libros, merchansing... ¡verdaderamente tienen cualquier disco! Además, los precios no están nada mal...
La primera vez que estuve en Oxford fue cuando por primera vez visité Inglaterra, cuando fui a Londres. Cogimos un tren y pasamos el día en la ciudad. La verdad es que un dia da para mucho y se puede hacer una vista bastante general de la ciudad, eso sí, me gustaría muchísimo haberme quedado un par de días... ¡porque tocaba uno de mis grupos favoritos!.
Me despido con una canción suya. Habría sido genial haberlos escuchado en directo...
Durante la feria de Abril de 2008 fue cuando por primera vez pisé suelo británico. Llevaba deseándolo desde que tenía más o menos 7 años, es decir, desde cuando llevo estudiando inglés más o menos en serio.
Después de mucho convencer a mis padres para que el destino fuera Inglaterra en lugar de una ciudad española, me comunicaron la agradable noticia de que íbamos a estar durante 6 dias en Londres.
Salimos un martes por la tarde, después de comer. Ese año hubo clases el lunes día de Pesacaito y el martes, por lo que tuvimos que salir por la tarde, el avión salió de Sevilla a las 5p.m y tardó 2 horas y media en llegar hasta Londres, de entre los 4 aeropuertos de Londres nosotros teníamos nuestra llegada a Stansted.
Desde luego que nada más llegar me impresionó lo lejísimos que estábamos de la capital. Tuvimos que coger un autobús (carísimos los billetes por cierto) que tardó como una hora en llegar. Ya allí nos dejó cerca de Victoria Station, que es donde más o menos estaba nuestro hotel. Como ya se había hecho tarde, fuimos al hotel, dejamos nuestras cosas y salimos a dar un paseo antes de cenar.
Fue en Londres donde yo por primera vez me monté en metro, al menos conscientemente, porque las veces que me he montado en el metro de Madrid cuando era muy pequeña, con 2 años, no las recuerdo. Respecto al metro debo decir que es impresionante, ¡podrías perderte y vagar sin fín! Como las distancias son tan grandes, cuando no íbamos andando porque estábamos reventados, siempre cogíamos el metro antes que los autobuses, quizá por la novedad...
En lugar de ir día a día como he hecho en las otras entradas voy a resaltar las cosas que más me llamaron la atención en mi primera visita a la ciudad, ¡porque si no me llevaría muchísimo contar día a día todo lo que visité!
Sin lugar a duda el Big Ben y las Casas del Parlamento encabezan la lista, esa sensación de inferioridad que se siente al salir de la boca del metro y encontrar frente a tí el monumento a la Reina Victoria sobre caballo, a tu derecha The London Eye y, justo al lado, el Big Ben y las casas del Parlamento.
Por la zona se encuentra también la Abadía de Westminster, donde están enterrados los más ilustres ingleses. Desde allí fuimos andado hasta Leicester Square, donde está la National Gallery, desgraciadamente no dejan hacer ninguna fotografía. Otro museo que hay que visitar sin duda es el British Museum, donde se encuentra la famosa Piedra Roseta, fragmentos del Partenón, momias... de todas las épocas de la historia encontramos algo. A mí lo que más me llamó la atención, aparte de la piedra, fue la sección dedicada a la civilización egipcia, así que dejo el enlace para que veais algunas piezas que hay expuestas.
De lugares típicos, me quedo sin duda con Covent Garden, Oxford Street. El primero es uno de los más sofisticados, allí se encuentran los restaurantes y tiendas más de moda e incluso una ópera. El segundo es una calle céntrica de la ciudad, una de mis favoritas, sobre ella dejo aquí más información sobre su historia y
lo que en ella podréis encontrar para quien esté interesado.
Me despido con una de mis canciones favoritas, que hacen referencia a la ciudad.
Hoy el blog va a estar centrado en mi primer viaje al extranjero: Holanda, más concretamente, Amsterdam.
Este año se cumplen 4 primaveras desde que lo visité, porque fue durante la feria de Abril del 2007.
Obviamente, estaba nerviosísima, ¡nunca antes había montado en avión! Mi madre reservó el viaje con muchísimo tiempo de antelación, pero yo no me enteré de ello hasta una semana antes de partir, ¡lo que hizo que mis nervios y excitación aumentaran en un 200%!
Faltaban dos días y yo ya comencé a hacer la maleta. Todos los que vivamos en Sevilla sabemos el tiempo que hace a finales de Abril y principios de Mayo: MUCHO CALOR. Pues sin dudarlo, y sin hacer caso a los consejos de mi madre sobre el tiempo que hacía allí, metí la mayoría de mis camisetas de manga corta, unos vaqueros y un jersey.
Cojimos el bus del aeropuerto, y cuando llegamos y pasamos todos los controles embarcamos directamente en el avión. Yo estaba impresionada, pero nada asustada, ¡no tuve razones! El vuelo fue bastante tranquilo, apenas turbulencias, un aterrizaje suave y unas vistas espléndidas.
Al llegar noté el cambio impresionante que hay de España a Holanda, es muchísimo más moderna. El aeropuerto está enlazado con una estación de tren que llega hasta distintas ciudades holandesas, como nuestro destino era Amsterdam cojimos el tren que llegaba hasta el mismo centro, a la Centraal Station. Nada más bajarnos del tren y subir a la superficie noté el cambio de temperatura, yo llevaba puesto un vestido y unas sandalias, y cuando le dije a mi madre que tenía frío no me libré de la reprimenda.
Cojimos un taxi para ir hasta el hotel, que en realidad no estaba muy lejos, pero estábamos cansados y las maletas pesaban bastante... Llegamos al hotel, nos acomodamos y bajamos a cenar a un bar típico.
Al día siguiente nos levantamos temprano, ¡teníamos 5 días y una ciudad enorme por visitar! Comenzamos por el mercado de flores, típico, que todo turista en Amsterdam debe visitar. Es una calle en la que se montan puestecillos donde se venden todo tipo de flores, en su mayoría tulipanes autóctonos y crisantemos.
Paseamos entre las flores, aspirando el delicioso olor que desprendían, y después de recorrer todo el mercado nos fuimos de visita a los museos. Nuestra lista la encabezaban el Riksmuseum y el museo Van Gogh.
Las entradas son bastante caras, pero en aquella época me hicieron descuento por ser menor de 15 años, merece muchísimo pagar por verlo, aunque es una pena que no permitan hacer fotos, aunque sean sin flash. Dejo la página web de los dos para quien esté interesado mire un poco más sobre ellos: Riksmuseum y Museo Van Gogh.
El primer dia fue sin duda, agotador. Nos relajamos el resto de la tarde paseando por el centro y visitando algunas tiendas.
Los siguientes días recuerdo que visité todas las torres de la ciudad, no me acuerdo del nombre de ninguna,(como para acordarse, tenían todas nombres holandeses...) también visité la casa de Ana Frank, que a quien le guste la historia universal y todo lo relacionado con la Segunda Guerra Mundial debe visitarlo.
Paseamos por el conocido barrio Rojo, y también por el barrio Chino. Otra de las cosas inolvidables son las típicas casitas holandesas, que todo el mundo cree que son de madera, pero son de ladrillo y en realidad
solo quedan dos casitas de madera en toda la ciudad, y una de ellas es la de la fotografía, que se llama Beginkopf, se quemó parcialmente durante los años 40, se recontruyó y desde entonces es una residencia para ancianos. En la fotografía de la derecha se puede ver uno de los numerosos canales que tiene la ciudad, esta foto la tomé justo antes de subirme a un barquito que nos llevaría recorriendo los principales canales hasta desembocar en el mar. Los precios de estos barquitos no son muy elevados, y ofrecen unas vistas maravillosas de la ciudad. En realidad no huele mal, yo esperaba un peor olor, pero las aguas están bastante limpias. Ir en barco y montar en bici son dos cosas que hay que hacer sí o sí durante la estancia en la ciudad. Amsterdam es la ciudad de las bicis, ¡todo el mundo tiene una bici y en cada lugar hay una! El tráfico es tranquilo, aunque de todas formas... ¡hay carriles bici por todos lados! El día que alquilamos las bicicletas nos acercamos hasta las afueras de la ciudad, donde se encuentran los famosos molinos. Hacía un día caluroso (para lo que es el clima de la ciudad) y la tarde la pasamos entre los molinos y los parques de los alrededores. Cuando llegamos a la capital ya era tarde, así que cenamos y nos fuimos al hotel. En la fotografía de la derecha salgo dentro de uno de los populares zuecos holandeses. Esta foto fue hecha cerca de un museo de diamantes, en el que me gustaría muchísimo haber entrado, pero aparte de que era bastante cara la entrada, teníamos el tiempo justo y no estaba en nuestros planes.
La verdad es que me causó muy buena impresión la ciudad, volvería encantadísima, incluso estaría genial vivir allí ya que el idioma no es ningún obstáculo, todo el mundo habla inglés perfectamente. En general la ciudad no era muy cara, más o menos como España, pero el nivel de vida de los holandeses es bastante más alto que el de los españoles.
Me despido con esta foto, en la que se estaba celebrando el día de la Reina Beatriz de Holanda, donde se hacen desfiles por las calles del centro y todos los holandeses se sienten orgullosos de su patria luciendo banderas y cantando el himno nacional, que por cierto, de tantas veces que lo oí, ¡se me acabó pegando el ritmillo!. Para quien quiera saber algo sobre su historia (es interesante), os dejo el enlace.
Después de 10 maravillosos días en Italia, aquí estoy de vuelta. Ha sido genial, ¡Y eso que todavía queda mucho por disfrutar, mañana vienen los chicos italianos!
Salimos el miércoles 23 de Marzo, nos dejaron salir unas horas antes de clase para poder ultimar los detalles de nuestro equipaje, poder comer algo...¡teníamos que estar en el aeropuerto a las 3:15p.m!
Ya allí nos encontramos todos, como no, nerviosísimos y con unas ganas de estar en Italia impresionantes. Embarcamos, y como no, hubo algún que otro problema con las maletas: que si el peso, que si el tamaño... La compañía nos dejaba llevar 15 kilos, yo llevaba 15 kilos justos, ¡y mi preocupación era lo que pesaría a la vuelta! Sobre las 5 subimos al avión, ya dentro vimos que los azafatos eran italianos... ¡ya teníamos que empezar a acostumbrarnos al italiano!
Después de 2 horas y media de vuelo, LLEGAMOS A BOLONIA. Ahora lo que teníamos en mente era encontrar nuestras maletas y conocer cara a cara a nuestro intercambio: la parte más dificil.
Nada más salir, allí nos estaban esperando, la mía, Cristiana estaba con su padre, su amiga Cate y su novio. Me saludaron con dos besos, y cómo no, tuvimos nuestras dudas sobre a qué lado había que inclinar la cabeza... jajajaja. Los españoles nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente: teníamos clases en el Liceo Copernico.
Fuimos en coche hasta su casa, que no estaba muy lejos del aeropuerto, pero igualmente sí de Bolonia capital. Nada más llegar tuve una calurosa bienvenida por el resto de la familia: la madre y el hermano. Después de deshacer la maleta fuimos a comprar unas pizzas para la cena. Nunca antes había probado unas pizzas tan buenas (y tan grandes).
Al día siguiente nos vimos todos en el Liceo, intercambiamos nuestras primeras impresiones y desayunamos en grupo todo lo que habían traído los italianos. Después, teníamos visita guiada por Bolonia.
Nos hicimos montones de fotos, me encantaría subirlas todas, pero es imposible, así que pongo algunas que salgo con el grupo.
A la 1p.m nos encontramos con los italianos y nos llevaron a comer una Piadina, que es una especie de bocadillo, como si fuera una crêpe, pero caliente y con los ingredientes que quieras.
En la foto de la derecha acabábamos de terminarnos las Piadinas y estábamos reponiendo fuerzas para ir a ver algunas tiendas, que por cierto, todo es MUY CARO. A eso de las 5 nos volvimos a las casas para ducharnos, arreglarnos y estar listos a eso de las 8. Habíamos quedado a las 8:30 para la cena de bienvenida. El restaurante era, como no, una pizzería, lejísimos de donde vivíamos y para llegar nos perdimos bastantes veces, al principio nos pusimos nerviosos por no encontrar el sitio, pero al final lo tomamos a risa...
En la foto estamos en el restaurante, comiendo pizza... jajaja. Desde luego, no tienen ni punto de comparación a nuestras pizzas, incluso si vamos a un restaurante italiano... ¡las pizzas de verdad están en Italia!
Al día siguiente fuimos a Florencia... alucinante. La ciudad más bonita y coqueta de las que visitamos en italia. Llena de arte, vida y belleza.
Empezando por la Catedral, que tenía bastantes ganas de ver con mis propios ojos (sobre todo la cúpula), siguiendo por las Puertas del Paraíso y acabando por Santa Maria de Nouvella. Muy a mi pesar, no tuve tiempo de entrar en Uffici. Pero lo dejo para mi próxima visita, que espero que sea muy muy pronto.
El día siguiente fue sábado y tuvimos que ir al Liceo un par de horas para dar clases, pero luego estuvimos en el mercado de la Montarola, que no fue muy divertido... un simple mercadillo. Pero por la noche fuimos a un disco-pub, y ahí sí que nos divertimos.
El domingo era el día libre con las familias, como no teníamos ningún plan con ellos y por la mañana estábamos muy cansados decidimos dormir hasta tarde y por la tarde ir a un parque a jugar al fresbee y a pasear, y despues a cenar a un chino.
A pesar del trajín del fin de semana, el lunes por la mañana teníamos de nuevo las pilas cargadas para visitar Venecia, el tiempo no acompañaba en absoluto, pero nos echamos a la calle con nuestros chubasqueros y paraguas. La ciudad me gustó, pero solo de visita, no es un sitio en el que viviría ni mucho menos, ¡solo hay
turistas! Apenas nadie vive en la ciudad, el tiempo no suele ser muy bueno y hay mucha humedad... Me gustaría que hubiese hecho mucho mejor tiempo... pero bueno... ¡espero volver a visitarla en un día soleado! Además, creo que me siento orgullosa de poder decir que me he montado en Busetto y he estado en la Piazza San Marco. Toda una maravilla.
La mañana del martes fue un poco aburrida en comparación con los demás días. Fuimos a Ravenna. Una ciudad en la que nos HARTAMOS de ver iglesias con mosaicos. Volvimos temprano a Bolonia y por la noche pudimos ir a tomar algo. El miércoles fuimos a Verona con nuestros chicos italianos ¡que hicieron de nuestros guías! Fue bastante divertido. En la foto de la izquierda estamos en el río de Verona con nuestros respectivos
intercambios. Me gusta bastante.
El viaje ya llegaba a su fín... y el Jueves por la mañana estuvimos en el Liceo dando clases 2 horas y en el centro de Bolonia ultimando las últimas compras.
Comimos con nuestros italianos y nos llevaron a una heladería MAGNÍFICA!! Que hasta entonces no habia probado los gelattos! Y por fín pude decir lo buenísimos que están
Volvimos a casa y nos arreglamos para la fiesta de despedida, que terminaba a la una y media porque habíamos quedado en el aeropuerto. El avión salía a las 6:30, y tuvimos que estar todo ese rato en el aeropuerto, tirados en el suelo intentando dormir. Puede parecer una locura y bastante incómodo. Lo era, pero me lo pasé genial.
Dejo aquí el plan para quien quiera verlo también.Pincha aquí
Ahora son las 19:33 y quedan apenas unas horas para que mi intercambio venga. Estoy bastante contenta y deseando que esté aquí. Igual de bien que yo me lo he pasado en Italia espero que se lo pase ella aquí.
Me despido con una canción que nos encanta a mi intercambio y a mí, qué suerte que sea una cinéfila como yo y además, adore la película de Juno. :D
Hasta otro blog! / Arrivederci!/ See you soon!/ À bientôt!/