Oxford's charm

Dos veces he visitado la ciudad. La primera, la primera vez que visité Inglaterra, con mis padres. La segunda, el verano pasado mientras pasé el verano en Hastings.
Quizá sea por el ambiente estudiantil y acogedor que tiene lo que la hace tan encantadora hacia mis ojos.


No es grande, podría compararla con la Salamanca española, más o menos el mismo tamaño, aunque con una poca más actividad. Las universidades son una autentica maravilla, no solo desde el ámbito artístico (la mayoría de sus fachadas son impresionantes), sino también por su grandiosidad y las enormes bibliotecas que tienen. La fotografía que se ve a la izquiera es de la Biblioteca Bodleian, la de la derecha es la de la biblioteca del Queens College.
  ¡Estos lugares si que inspiran al estudio!
Aunque puede sonar radical, la mayoría del turismo en Oxford gira en torno a los Colleges. Todos hemos visto el Christ Church College en una famosísima saga de películas... ¿Cuál? ¡Ni más ni menos que Harry Potter! La entrada al college es un poco cara (8 libras), ya el exterior es precioso; unos jardines inmensos y bien cuidados, y el interior merece la pena visitarlo. No están permitidas hacer fotografías, así que he cogido esta de internet para que el que no lo conozca (o más bien no lo sitúe...) pueda verlo.
Siguiendo con el ámbito cultural, aparte de las visitas a los colleges, quien esté interesado en visitar museos o galerías de arte puede visitar la página oficial de turismo de Oxford para informarse mejor. Yo solo he ido a la Bodleian Library (sinceramente, es lo más relevante).
No hay que dejar de pasear por el centro de la ciudad, aunque no es muy grande, la calle principal está llena de tiendas y acogedores restaurantes en los que hacer una parada a descansar.
De entre las mejores tiendas que hay en la High Street se encuentra HMV, una cadena británica que vende todo tipo de discos, películas, libros, merchansing... ¡verdaderamente tienen cualquier disco! Además, los precios no están nada mal...
La primera vez que estuve en Oxford fue cuando por primera vez visité Inglaterra, cuando fui a Londres. Cogimos un tren y pasamos el día en la ciudad. La verdad es que un dia da para mucho y se puede hacer una vista bastante general de la ciudad, eso sí, me gustaría muchísimo haberme quedado un par de días... ¡porque tocaba uno de mis grupos favoritos!.
Me despido con una canción suya. Habría sido genial haberlos escuchado en directo...

¡Hasta la próxima! / Bye for now!

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